Tres claves para el equilibrio químico en tu piscina

Mantener el equilibrio químico de tu piscina, de los componentes que se encuentran por el agua es una tarea más difícil de lo que parece. De primeras puedes pensar que es algo fácil, ya que si falla una parte pues se vierte el químico que lo solucione. El problema viene cuando ese químico afecta a su vez al balance total, pudiendo desestabilizar por completo todo y no conseguir un equilibrio químico del agua.

Para que tu piscina esté siempre en un equilibrio químico ideal, te diremos a continuación tres claves que has de tener en cuenta siempre. ¡Empecemos

1. Nivel de pH

El nivel de pH se encarga de decir si el agua está de más de ácida o alcalina. El pH es un componente que se relaciona directamente con nuestra salud, ya que si se exceden los límites recomendables, podemos desencadenar infecciones en la piel, irritación de ojos y piel, etc.

Los niveles de pH recomendados son entre el 7,4 y el 7,6. Una vez el agua exceda o se quede corta de esos niveles, tendrás que ponerle solución para volver a estar entre el límite.

El principal problema que encontramos en el pH es que se desestabiliza muy rápidamente. Esto se debe a que cualquier objeto o persona que se introduzca al agua ya provoca una variación. Por este motivo tienes que estar siempre pendiente del nivel de pH, porque a la mínima que no te des cuenta puede que se haya salido de los límites

2. Alcalinidad

La alcalinidad es un regulador del pH. Esto quiere decir que nos ayuda a la hora de hacer que el nivel de pH no se desestabilice o a volver a hacer que esté en el límite recomendado.

La manera más eficaz de conseguir que el nivel de pH cumpla con el límite marcado es haciendo que la alcalinidad consiga subir el nivel. Para ello, puedes añadir sustancias, como el bicarbonato, que ayudan a subir tanto la alcalinidad como el nivel del propio pH.

Si se da el caso contrario, es decir, que el nivel de pH y de alcalinidad sean mayores que los recomendados, tendrás que añadir alguna sustancia que provoque que ambos bajen.

Nuestra recomendación es que revises semanalmente tanto la alcalinidad como el nivel de pH. De esta forma podrás llevar a cabo un seguimiento del estado de tu piscina y te asegurarás de que todo marche como debe marchar.

3. Dureza del calcio

El calcio es un mineral muy importante para el agua, ya que ayuda a mantener un equilibrio químico en el agua, evitando así desajustes de pH y otros componentes.

Si tu agua se ha endurecido demasiado puede dar como resultado un agua turbia en la piscina que no se puede aclarar, sin importar la cantidad de cloro que uses. Además, también puede conducir a la acumulación de sedimentos de calcio en las paredes, suelo y tuberías de la piscina.

Si tu agua está demasiado blanda, se volverá corrosiva. O lo que es lo mismo, si los niveles de dureza de calcio bajan de 150 ppm, el cemento y el metal comenzarán a disolverse. Así que si quieres evitar costosísimas reparaciones, deberías evitar a toda costa que el agua se ablande.

El nivel de calcio no es tan fácil que se desestabilice como el de pH, por lo que no es necesario que hagas un seguimiento tan preciso como en el caso anteriormente nombrado.

Lo recomendable es que al principio de la época del año en la que uses la piscina, por lo general el verano, compruebes el nivel de calcio y añadas un poco.

Nuestros últimos artículos